La violencia contra la mujer y la familia es un tema que ha venido subiendo escaños en la escala de los derechos humanos universales. Aunque para aprobar cualquier ley en favor de la mujer y los niños ha habido que librar duras y lentas batallas, hasta hace muy poco tiempo, uno o dos siglos, ninguna ley protegía a la mujer y a los niños del abuso y de los malos tratos. Afortunadamente eso está cambiando. Esa mayor repercusión sobre los derechos de la mujer y la familia tiene mucho que ver con un cambio de actitud de toda la sociedad, que está aprendiendo a mirar con los ojos de la igualdad, y la libertad a mujeres y niños.
Desafortunadamente ese cambio de actitud no se refleja en la realidad, pues cada día crecen las cifras de mujeres asesinadas por sus compañeros o esposos. Lo que indica que deben adoptarse otras medidas para que este tipo de agresiones no sigan sucediendo.
La Organización Mundial de la Salud estima que “tomando como referente la población femenina mundial, por lo menos una de cada cinco mujeres ha sido maltratada física o sexualmente por un hombre o varios hombres en algún momento de su vida. En muchos casos, incluyendo las mujeres embarazadas y las niñas jóvenes, son objeto de ataques graves, sostenidos o repetidos”.
La OMS también informa que aunque “el maltrato de la mujer es condenado de hecho en casi todas las sociedades, el encausamiento y la condena de los hombres que golpean o violan a las mujeres o las niñas son poco frecuentes en comparación con el número de agresiones. Por lo tanto, la violencia opera como un medio para mantener y reforzar la subordinación de la mujer”.
Desafortunadamente ese cambio de actitud no se refleja en la realidad, pues cada día crecen las cifras de mujeres asesinadas por sus compañeros o esposos. Lo que indica que deben adoptarse otras medidas para que este tipo de agresiones no sigan sucediendo.
La Organización Mundial de la Salud estima que “tomando como referente la población femenina mundial, por lo menos una de cada cinco mujeres ha sido maltratada física o sexualmente por un hombre o varios hombres en algún momento de su vida. En muchos casos, incluyendo las mujeres embarazadas y las niñas jóvenes, son objeto de ataques graves, sostenidos o repetidos”.
La OMS también informa que aunque “el maltrato de la mujer es condenado de hecho en casi todas las sociedades, el encausamiento y la condena de los hombres que golpean o violan a las mujeres o las niñas son poco frecuentes en comparación con el número de agresiones. Por lo tanto, la violencia opera como un medio para mantener y reforzar la subordinación de la mujer”.
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